PRESENTACIÓN DE LA RESTAURACIÓN DEL COCHE PULLMAN EX RENFE ZZ-1101 (EX ANDALUCES N.º4)

En 2010 finalizaron los trabajos de restauración acometidos en el antiguo coche salón tipo Pullman, procedente de la Compañía de los Ferrocarriles Andaluces N.º 4 (posterior RENFE ZZ-1101) rescatado en el año 2007. Junto a la reforma de los testeros y la reposición de fuelles de intercomunicación, quedaron también concluidas otras actuaciones interiores y el repintado de algunas zonas externas.

Concluida, así, la restauración de este destacado vehículo de nuestra historia ferroviaria, se formalizó un acuerdo con el Museo del Ferrocarril de Madrid, a petición de su entonces director Miguel Muñoz, para que el vehículo fuera presentado en sociedad y mostrado al público tras su preservación y puesta en valor. A los efectos expresados, las dos locomotoras del citado Museo entonces operativas (eléctrica 269-404 y diésel 321-080), fueron las encargadas de trasladar a Madrid el coche en cuestión desde las instalaciones en las que había sido objeto de sus últimos trabajos de restauración.

Su presencia en la antigua estación de Madrid-Delicias causó sensación, formándose desde el primer momento largas colas de visitantes deseosos de acceder a su lujoso interior. Éste fue mostrado al público de forma concienzuda y esmerada por parte del personal de conservación del mismo durante los días en que el vehículo estuvo expuesto.

PRESENTACIÓN DE CUATRO VEHÍCULOS RESTAURADOS MEDIANTE VIAJE ESPECIAL A ALCALÁ DE HENARES

Iniciado el verano del año 2013 todo estaba preparado para la presentación en sociedad de varios vehículos cuya restauración había corrido pareja en el tiempo durante los años anteriores. Con ello, el Centro de Estudios Históricos del Ferrocarril Español podía ofrecer, por vez primera, una composición completa y homogénea de inigualables vehículos históricos.

Tales vehículos eran un coche salón procedente de la antigua Cía. Nacional de los Ferrocarriles del Oeste de España (S-3); un coche de 3.ª clase de departamentos independientes, procedente de la antigua Cía. de los Ferrocarriles de Lorca a Baza y Águilas (C-8); un coche anteriormente de 1.ª clase, reconvertido a 3.ª obrero, procedente de la Cía. de los Ferrocarriles de Madrid a Zaragoza y a Alicante (CO-335); así como un vagón adquirido por RENFE en sus primeros tiempos, poco después de la Guerra Civil (J-102-513).

Todos estos vehículos habían sido sometidos en las semanas anteriores al viaje inaugural a numerosas pruebas técnicas, al objeto de cumplir los rigurosos parámetros que en materia de seguridad y en buena lógica fija el Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (ADIF) para la circulación del material de explotación por la Red Ferroviaria de Interés General (RFIG).

Entre los ensayos verificados durante dicha etapa previa había figurado una circulación completa de ida y vuelta entre Madrid y Aranjuez, junto a la locomotora ex RENFE 10825. Durante su desarrollo pudo comprobarse la perfección de las actuaciones técnicas realizadas en cada uno de ellos y su excelente respuesta, tanto a nivel de comportamiento dinámico como de eficacia de frenado.

Con el conjunto de pruebas técnicas finalizadas y todas las autorizaciones de circulación expedidas, el material se situó en la base del Centro de Estudios Históricos del Ferrocarril Español en Villaverde para ser sometido a unas últimas actuaciones de detalle estético y limpieza. Todo ello para que la composición quedará en perfectas condiciones de afrontar su circulación inaugural.

Llegados al día señalado (el 29 de junio), la composición se desplazó previamente desde Villaverde hasta la estación de Madrid-Chamartín, desde donde debía tener lugar el inicio del viaje público de presentación. La puesta a punto de los últimos detalles técnicos corrió allí a cargo de nuestro personal. Especialmente, de Luis López, Pablo Posadas, Jorge Melero, Arturo Antón y Bernabé Igea. A los mandos de la locomotora se encontraban Luis de Mingo y José Luis Parrilla, además de Gregorio Sánchez Subiela.

La permanencia del ya llamativo convoy en los andenes de la estación quedaba todavía más realzada por la presencia de un nutrido grupo de miembros de la Sociedad Victoriana Augusta, colaboradora nuestra, los cuales iban, como de costumbre, ataviados con sus llamativas vestimentas de época. Por su parte, muchas de las autoridades y representantes invitados al viaje empezaron a hacer su aparición en el lugar, no sin cierta antelación. Entre ellos figuraba Luis Miguel Boto, concejal presidente de la Junta Municipal del Distrito de Chamartín, quien acudió al acto en representación de Ana Botella, a la que resultó imposible acudir en el último momento.

En los andenes se vivía un feliz clima de encuentros e intercambio de apreciaciones en torno a la magna circunstancia que a todos daba cita. No en vano se trataba de la presentación de una serie de material ferroviario histórico de notable antigüedad. De hecho, la ocasión no tenía parangón, pues desde mediados de la década de 1960 no habían circulado por lo que hoy es la RFIG coches de viajeros de dos ejes. Se trataba, pues, de la primera ocasión en que este tipo de material volvía a surcar nuestra red ferroviaria. Entre los presentes se encontraba Manuel Galán, desplazado a Madrid especialmente desde la capital hispalense. 

Después de que Josep Calvera, en nombre de la organización, acabara de dedicar sus atenciones a los diversos invitados que habían acudido a la cita desde las más lejanas procedencias, el convoy inició su marcha. Acompañaban a nuestro presidente en el coche salón el comandante José María Verdún y el capitán José Molina, de la Escala Honorífica de Ferrocarriles; Esperanza Morales, en representación de Servicios Industriales y Transportes, S.A; David Tutor, perito técnico de ADIF; así como José María Alonso, exdirectivo de la División de Innovación de RENFE y miembro del propio Centro de Estudios Históricos del Ferrocarril Español.

Después de abandonar la capital, el tren empezó a surcar los diferentes parajes de la ribera del Henares. El recorrido, dada la espectacularidad del convoy, se halló jalonado de curiosos y entusiastas que quisieron inmortalizar el paso de tan histórica composición a través de los objetivos de sus cámaras. En el coche salón, Ricardo Oliver, nuestro presidente, quien se hallaba acompañado en todo momento por José María de Ibarra, conde de Abásolo, no paraba de recibir felicitaciones de muchos de los presentes. Además de Luis Morenés, viajaban también a bordo del coche salón los representantes del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte.

Paulatinamente el convoy fue aproximándose a la estación de la histórica ciudad de Alcalá de Henares, en cuyos andenes le aguardaba una amplia concurrencia. Tras apearse del tren cuantos habían viajado en el convoy desde Madrid, Ricardo Oliver, presidente de la entidad que había hecho posible la realidad que a todos congratulaba, atendió a los medios de comunicación. En su entrevista puso de manifiesto que cuanto se celebraba no era más que el resultado de años de trabajo y del esfuerzo de muchas personas.

Una vez atendidos los medios de comunicación, autoridades y representantes decidieron inmortalizar el evento con una fotografía tomada frente al coche de mayor distinción de cuantos componían el convoy histórico recién llegado. Allí se dieron cita, entre otros, José María de Ibarra, conde de Abásolo; Juan Jesús Domínguez, 1.er teniente de alcalde de Alcalá de Henares (por imposibilidad de asistencia del alcalde local); José María Alonso; Juan Pablo Jiménez, coronel jefe del Instituto de Historia y Cultura Militar, en representación del Ministerio de Defensa; Josep Maria Garriga; y José María Verdún; además de nuestro presidente, Ricardo Oliver.

Los presentes en los andenes de la estación pudieran acceder a los vehículos del convoy y admirar el rigor histórico con el que se había llevado a cabo su restauración. Todo ello en medio del colorido de los trajes de época de los miembros de la Sociedad Victoriana Augusta que, una vez más, volvieron a dar vida a la celebración. Tras ello, la comitiva inició se desplazamiento en autobús hacia los lugares e que debía tener lugar la visita histórica con la que el Consistorio había decidido obsequiar a los presentes.

Terminado el recorrido por los enclaves culturales más significativos de la localidad, los presentes iniciaron su marcha a pie hacia el Parador Nacional de Alcalá de Henares. Allí debía tener lugar el almuerzo ofrecido a los diferentes invitados al viaje de presentación, el cual se hallaba ya dispuesto. La comitiva institucional, además de por nuestro presidente Ricardo Oliver, se hallaba encabezada por el citado José María de Ibarra, conde de Abásolo. Por parte del Centro de Estudios Históricos del Ferrocarril Español figuraban también en la comitiva los mencionados José María Alonso y Josep Maria Garriga, así como Carlos Guasch y Carlos Baranguá.

La mesa presidencial estaba formada por Juan Jesús Domínguez, primer teniente de alcalde del Ayuntamiento de Alcalá de Henares (por imposibilidad de asistencia del alcalde local, Javier Bello); Ricardo Oliver (CEHFE); José María de Ibarra, conde de Abásolo (CEHFE); Juan Pablo Jiménez (Ministerio de Defensa); María del Carmen Serrano (Ministerio de Cultura); y Carlos Guasch (CEHFE).

En el resto de mesas dispuestas se distribuían el conjunto de los invitados. Entre ellos figuraba una amplia representación del mundo de la cultura y del ferrocarril. Allí estaban Ramón Boada y esposa, en representación de MABAR, o Santiago Gómez y David Rodríguez, entre otros. Una de las mesas representaba especialmente el amplio conocimiento técnico que subyacía tras del éxito de la jornada y de la circulación de un material ferroviario con, en algún caso, más de 120 años de antigüedad. Salvador Barrios, David Tutor y Alejandro González representaban, entre otros, el conocimiento y la capacidad técnica en lo que se refiere al material de ferrocarriles.

Ya a los postres, José María de Ibarra tomó la palabra para agradecer su presencia a cuantos habían correspondido a la invitación cursada, así como las muestras de calor con que habían acogido la circulación tan largamente gestada. Por su parte, Carlos Guasch entró en detalles, mientras se proyectaba un audiovisual preparado al efecto, en lo que había significado el proceso de restauración de cada uno de los vehículos que componían el convoy. Finalmente, Juan Jesús Domínguez, en nombre de la Corporación Municipal, agradeció a nuestra institución el hecho de haber elegido Alcalá de Henares como destino de tan señalada ocasión ferroviaria.

Finalizado el almuerzo y después del debido descanso del personal del tren, éste se situó de nuevo en los andenes dispuesto a iniciar su recorrido de regreso. Los viajeros fueron embarcando a medida en que llegaban a la estación. La circulación de vuelta ofreció algún momento destacado como el vivido en la rampa de acceso a la estación de Chamartín, donde la locomotora Guadix tuvo que emplearse a fondo para salvar el acusado desnivel existente. Llegados a la citada estación madrileña, el viaje se dio por concluido.

Finaliza la vertiente pública del viaje, el esforzado personal que desde primera hora de la mañana venía asegurado el perfecto funcionamiento del material y el debido cumplimiento del programa, se afanó en devolver la composición a nuestras instalaciones en Villaverde, a apagar las máquinas (la titular de vapor y la de reserva diésel), y a dejar todo debidamente a cubierto y resguardado.